Lidiando con el patrimonio: el torico de Guadix
Mientras que los bastetanos, orgullosos, presumen de su
señora íbera, la Dama de Baza, Guadix, de aquel tiempo a este, conserva algo
tan ancestral como particular, cuyo sonido intacto nos conduce en un instante a
los tiempos preaccitanos. Hablamos del torico. Deidad o símbolo de virilidad,
el toro en España es una de las figuras alegóricas más arraigadas en la península,
no sólo por la actual debatida tauromaquia, sino por su presencia extendida por
los campos de las castillas. El torico de Guadix, en su sencillez, conserva
buena parte de la identidad de esta tierra, pues nace de ella misma, de la
arcilla, modelada por el alfarero, en la artesanía de sus manos refiere aún como
un autómata el legado de siglos atrás.
Sin adulteración vana que lo revista, en esta hoya se
presenta el torico como un silbato o juguete que nada ha de envidiar a los
planos y robustos de Osborne, que pululan por las carreteras españolas a cuenta
del buen vino. Éste, sutil y discreto, no requiere de artificios pues es
primorosamente una conjunción de movimientos manuales habilidosos los que lo
hacen existir de la nada. Al igual que aquel bodegón con cacharros de Zurbarán
que cuelga el Prado, la simpleza, sin ornato ni publicidad engominada, es la
representación misma de una nación. En el caso del torico, de una región. Que convive
en este mayorazgo junto a otros destacados toros como el de Andújar. Por tanto,
no es invención reciente ni capricho de tienda el que se haya rescatado y
popularizado.
ADEPA, que confía y protege el patrimonio accitano, propuso,
en colaboración con el IES Acci de Guadix y la Escuela de Artes y Oficios, la
confección de unos toricos a gran escala para situarlos en algunas plazas de la
ciudad, cuevas y casco histórico, sin perjuicio del paisaje, para que ganase en
mayor identidad y respaldo el turista, como ya se hizo con las sillas de
directores de cine para la promoción de “Guadix de cine”. Al hilo de la campaña
de Meninas que hubo en Madrid, estatuas simplistas del contorno de las meninas
de Velázquez, ilustradas por diseñadores y colectivos, ADEPA sufraga los gastos
relacionados y los pone a disposición de la ciudadanía, para que puedan
disfrutarlos, “jugar” y volver a esa infancia que despierta el silbido de los
famosos bóvidos.
ADEPA está a la espera de la aprobación del Ayuntamiento,
cuya propuesta están valorando y confiamos en que sea finalmente de su agrado,
pues esto consideramos enriquecería nuestra cultura popular y la calidad de la
promoción patrimonial de Guadix. Este proyecto, financiado con fondos de los
socios de ADEPA, es uno de los más destacados de nuestra asociación para este
curso, que conjuga el valor añadido y esencial de los estudiantes y alumnado de
los IES Acci y Escuela de Artes y Oficios, cuyo equipo directivo nos ha
brindado su ayuda y participación desde un primer momento. Agradecemos la
colaboración de todas las instituciones, pues en definitiva es el camino para
hacer de Guadix una ciudad patrimonial competente y fuerte para conseguir todos
los retos y objetivos que se proponga.


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