Semana Santa de Guadix. De Interés Turístico Nacional
Fotografía obrada por Valverde. Archivo de Torcuato Fandila
La localidad de Guadix cuenta con una
Semana Santa de las más importante de la provincia granadina.
Guadix, es la localidad andaluza con
los asentamientos humanos más antiguos de España, con una antigüedad de unos
4.000 años. Hunde sus raíces cristianas en el año 47, siendo la cuna del
cristianismo en España, esta tierra fue evangelizada por San Torcuato, uno de
los siete Varones Apostólicos y primer obispo de la Diócesis accitana
Guadix fue reconquistada por los
Reyes Católicos, Fernando e Isabel, en 1489. La ciudad contaba ya en el siglo
XVI con tres grandes focos devocionales uno en la antigua ermita de San
Sebastián, germen de las cofradías de Santiago, el Real Convento de Santo
Domingo, con cofradías como la de Nuestra Señora de la Soledad y el Real
Convento de San Francisco con cofradías como la Vera Cruz, Flagelación, Cristo
de la Misericordia y Cristo de la Humildad. En siglo XVII la iglesia de
Santiago será otro de los grandes focos devocionales con cofradías algunas
venidas de la ermita de San Sebastián como la de Jesús Nazareno cofradía
establecida en Santiago antes de 1623 o la del Ecce-Homo que era sacada en
procesión por los cofrades de la cofradía de Esclavitud del Santísimo
Sacramento. Otra Cofradía que gozaba de gran devoción era la del Santo Cristo,
hoy de la Luz.
Guadix vibra con su Semana Mayor en
días muy señalados en el calendario de este municipio. Comienzan las salidas
procesionales el Domingo de Ramos con la Hermandad de la Borriquilla, y
concluyen el Domingo de Resurrección en un día marcado por una forma muy
singular de vivir el fin de la Semana Santa y la Gloria de la Pascua, el día
más importante del cristianismo.
Cada accitano tiene esa esquina, con
esa cofradía, con la que se reencuentra cada año. Son los rincones que cada
cual tiene guardado en un cliché de la memoria. La ciudad vive de su tópico.
Cada accitano ha ido conformando su arquetipo hecho de retales de vivencias y
recuerdos. Es aquel enclave donde uno se reencuentra con la Semana Santa
perenne, pero que siempre es diferente por distintos matices.
Los itinerarios se adentran en la
ciudad monumental, entremezclándose con las fachadas de palacios Renacentistas
y Barrocos; casas solariegas de los siglos XVI a XIX; templos realizados por
arquitectos como Diego de Siloé, Enrique Egas… escultores como Diego de Vega,
la familia de los Mora, Ruiz del Peral, Castillo Lastrucci, José Dies López,
Ruiz de Olmo, Elías Rodríguez, Juan Manuel Miñarro…
El barrio de las cuevas será testigo
de las Estaciones de Penitencia el Domingo de Ramos, Lunes Santo, Miércoles
Santo y Viernes Santo. El barrio más con más cuevas habitadas de Europa.
El Domingo de Ramos nos perderemos en
el compás del antiguo Convento de Santo Domingo, hoy parroquia de San Miguel,
donde la chiquillería e infantil nazareno inaugura la Semana Mayor accitana,
subiremos junto al paso de la borriquilla la cuesta de San Miguel donde su
telón de fondo es la bella e imponente alcazaba. Por la tarde subiremos al
barrio de las cuevas, a la parroquia de Fátima desde donde una joven corporación
que se fundó en 1996 hace su estación penitencial en esta jornada. Incluye en
su cortejo procesional dos pasos Jesús de la Salud en su Prendimiento y la
Virgen de la Estrella. Su salida es emoción y sentimiento, son cientos de
accitanos los que arropan a la cofradía cada Domingo de Ramos. Hay que destacar
la petalá a la Virgen de la Estrella en la Calle Tárrago y Mateos en el casco
histórico de la ciudad.
Ya entrada la tarde veremos Jesús de
la Obediencia y la Virgen del Mayor Amor, obras del hispalense José Manuel
Bonilla Cornejo. Es una hermandad de negro, de silencio. fue Fundada el 13 de
mayo de 1987. Hay que destacar la importancia e impronta que ha dado a la
Semana Santa accitana en el cortejo de una cofradía en la calle. Así como en
altares de cultos y actos de piedad. La cofradía es la encargada de la
realización del Pregón del Costalero de la Ciudad de Guadix.
El Lunes Santo es día de reencuentro
con la tradición accitana, la hermandad del Cristo de la Misericordia nos hará revivir
la Pasión del Señor, en el silencio de la noche y a la luz de la luna. Baja la
hermandad la cuesta de la cañada de los perales al fondo podremos divisar la
alcazaba iluminada por antorchas en cada una de sus almenas creando una
atmosfera de singular sabor. El silencio reinante es roto por las oraciones de
las estaciones del Viacrucis, el ronco sonido del tambor y el cornetín de
órdenes.
Estampa monumental las que nos
ofrecerá el Cristo de la Misericordia en su bajada por la cuesta del Cristo de
la luz, la noche se torna día cuando las bengalas dejan vislumbrar al Señor y
como fondo el palacio renacentista de Peñaflor cuna de Lope de Figueroa. La
plaza de Santiago es un hervidero de fieles y cofrades cuyo silencio es roto
por una garganta anónima que canta plegarias en forma de saeta.
Y llegamos al Martes Santo donde
podremos ver una hermandad de barrio, una hermandad de arraigo. La Flagelación
de Cristo sale de Santa Ana acompañada por María Santísima del Refugio. Su
salida y llegada se funde con el sentir de este gran barrio, antiguo barrio
judío que en gran parte ha sabido mantener este gran legado.
El Miércoles Santo da paso a la
Virgen de la Esperanza, donde sale y regresa con los cantos del coro de
antiguos escolanos de la catedral, todo un deleite para los sentidos más
profundos. En la plaza de Santiago la Virgen de la Esperanza tendrá un singular
encuentro con Nuestro Padre Jesús Nazareno “El Llavero”, que la espera en su
sede parroquial de Santiago.
Al filo de la madrugada saldrá de San
Miguel la Hermandad de los Favores con sus tres pasos, el misterio de la
Sentencia obra de Manuel Martín Nieto, Santo Cristo de los Favores de Pinto
Berraquero y Nuestra Señora de la Humildad del último maestro del Barroco
español, Torcuato Ruiz del Peral.
Llegamos al Jueves Santo destacando
la imposición de las llaves a Nuestro Padre Jesús Nazareno, “El Llavero”.
Corría el año de 1810 cuando las tropas francesas invadieron la ciudad de
Guadix, ante el temor de la invasión de los franceses al Convento de Madres
Clarisas, sor Luisa ordenó colocar las llaves al sagrado protector del
convento, Jesús Nazareno, protegiéndolas del enemigo. Desde 1980 la Hermandad
de Jesús Nazareno decidió imponer las llaves cada año a la imagen en recuerdo
de tan gran efeméride. Destacar de esta hermandad la imagen del Furruñique, un Nazareno
de pequeño formato fechado en el siglo XVII, va en una demanda, utilizada para
pedir limosna durante el desfile procesional. Único ejemplo en la Semana Santa
andaluza.
Desde la iglesia de Santa María de
las Lágrimas y San Agustín saldrá la imagen del Jesús del Soberano Poder y
Nuestra Señora de las Lágrimas, obra de dos sevillanos, el Señor de Juan Manuel
Miñarro y la Virgen de Castillo Lastrucci. A las 12 de
la noche tomará el testigo el Santo Cristo de la Luz durante todo el itinerario
las luces de las calles están apagadas, notándose el ronco redoble del tambor y
acompañado del cornetín de órdenes.
Y llegamos al Viernes Santo por la
mañana procesionan las hermandades del Cristo de la Luz, San Juan Evangelista
del taller de los Mora y la Virgen de los Dolores obra de Torcuato Ruiz del
Peral, es muy recomendable el encuentro en la plaza de Santiago, estampa viva y
señera de la Semana Mayor accitana.
Por la tarde salen las hermandades
del Descendimiento soberbio y majestuoso misterio realizado por el imaginero
Elías Rodríguez Picón, Sepulcro y Nuestra Señora de la Soledad coronada.
El Viernes Santo por la tarde destaca
el encuentro que realiza la cofradía del Sepulcro y Soledad actualmente en la
plaza de Santiago. Donde la coral Pueri Cantores “María Briz” canta el Sálvame
Virgen María, es un canto que ya forma parte de la tradición del Viernes Santo
accitano, pues anteriormente fue interpretado por la Escolanía Niños Cantores
de la Catedral, que dirigía el sacerdote don Carlos Ros González, desde los
años 60 del siglo pasado.
Y llegamos al Domingo de Resurrección
que constituye uno de los dogmas más fundamentales de la fe católica, pues si
Cristo no hubiera resucitado, como escribió San Pablo, “vana es nuestra
predicación y vana también es nuestra fe”. La Resurrección es el fundamento de
nuestra esperanza y el triunfo de Cristo sobre la muerte, el pecado y el poder
del demonio.
En Guadix Cristo Resucitado sale del
propio cementerio acompañado de María Santísima de la Victoria. Son detalles
que nos muestran una Semana Mayor diferente, una Semana Santa para vivirla.
Antonio Francisco Gabarrón
Torrecillas
Licenciado en Historia del Arte



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