Portales de belén
Fotografía de las madres concepcionistas de Guadix contemplando su Nacimiento
La virgen lava pañales, y los tiende en el romero.
Los angelillos cantando y el romero floreciendo
Desde que Carlos III trajera de Nápoles la bella tradición belenística, en todas las casas, de una forma u otra, durante las navidades siempre ha estado representando el nacimiento de Cristo. La cultura del belenismo está entrelazada con otros sentidos populares como el cántico de villancicos o la opulencia en los dulces, apuntalando estas fechas con guiños y costumbres familiares que se hacen relevo año tras año. Decía Pedro Antonio de Alarcón en su "Nochebuena del poeta":
Mi padre y mi hermana mayor tocaban el arpa, y yo los acompañaba, a pesar suyo, con una gran zambomba que había fabricado aquella tarde con un cántaro roto. ¿Conocéis la canción de los Aguinaldos, la que se canta en los pueblos que caen al Oriente del Mulhacem? Pues a esa música se redujo nuestro concierto. Las criadas se encargaron de la parte vocal, y cantaron coplas como la siguiente:
Esta noche es Noche-buena,
y mañana Navidad;
saca la bota, María,
que me voy a emborrachar.
Y todo era bullicio; todo contento. Los roscos, los mantecados, el alajú, los dulces hechos por las monjas, el rosoli, el aguardiente de guindas circulaban de mano en mano... Y se hablaba de ir a la Misa del Gallo a las doce de la noche, y a los Pastores al romper el alba, y de hacer sorbete con la nieve que tapizaba el patio, y de ver el Nacimiento que habíamos puesto los muchachos en la torre...
Y en ese Nacimiento podemos encontrar montañas de papel, y ríos improvisados de plata de albal. Harina o talco para la nieve y algo de musgo para pastar. Paja en el pesebre, y de corcho las casitas y el portal. Las figuritas más expertas disimulando sus fracturas, y los reyes magos aproximándose cada día para al Niño poder adorar. Conforma todo ello un pequeño patrimonio familiar, con sus ritos y sus protocolos. Es un teatrillo humilde y a la vez señorial, donde la grandeza no recala en el lujo, sino en la presencia elemental del niño arrullado en la mirada de la virgen y arropado por San José. "Si supiera el Rey de los Cielos la entrada que tuvo en Jerusalén, que no quiso coche ni calesa solo un borriquillo que alquilado fue. Quiso demostrar que las puertas benditas del cielo tan solo las abre la Santa Humildad"
Desde la Concejalía de Fiestas se lleva organizando desde hace años un concurso anual de belenes, fomentando e impulsando la visibilidad de esta tradición. Incluso se ha tenido que bifurcar entre infantiles, tradicionales, artesanales o familiares, todos ellos meritorios de conseguir dicho premio. Guadix, que no falta a su cita, añade a este escenario algo tan característico como las cuevas, dándole cobijo a la sagrada familia en una de ellas y agasajándola con un desfile de figuritas haciendo caminos para llegar hasta allí. Junto a los pastores no faltan alfareros ni lavanderas. Si por nosotros fuese, poníamos a los seises a bailar a los pies de la cuna, y entre el coro de ángeles a la Escolanía cantar. Sirva todo ello de ejemplo y comparación , en el montaje con esmero, dedicación y cuidado, con el gran patrimonio que atesora la ciudad y que paulatinamente se va restaurando y poniendo a punto para que todo el mundo pueda admirarlo. Esperamos que 2025 siga trayendo a Guadix la prosperidad necesaria para con nuestros barrios históricos y nuestros monumentos. Felices fiestas. Feliz y santa Navidad.
Fran Ibáñez



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